miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cultivo de la trufa


La vida de una trufera se encuentra muy ligada a la del árbol simbionte con quien vive. La entrada en producción de la trufera depende de la especie leñosa asociada. En algunas jaras tarde de dos a tres años, de cuatro a cinco en avellano y unos diez años en encinas y robles. El periodo de producción de trufas se dilata más o menos en función de la planta superior, unas diez cosechas con el avellano frente a las cincuenta en encina.
micorriza

Cuando el micelio de la trufa se instala y adueña de un terreno, se aprecian unos síntomas evidentes en la superficie, aparecen los denominados calveros o quemados. En estos calveros se seca la vegetación herbácea y la mayoría de las matas, quedando el suelo prácticamente desnudo. Este hecho se explica por la acción competitiva y herbicida del propio micelio en contra de las plantas no micorrizadas por éste.

La trufera no contiene clorofila y por lo que los principios nutritivos que toma del deben ser transformados en las hojas del árbol con el que convive simbióticamente, donde se hacen asimilables. Es a nivel de las micorrizas es donde se producen los intercambios nutritivos de la simbiosis. El árbol aporta a la trufa hidratos de carbono procedentes de la fotosíntesis, mientras que el hongo proporciona sales minerales (fósforo) al árbol. El ciclo anual de una trufera en producción sigue la siguiente cronología:
  • En primavera se produce la germinación de las esporas, expansión del micelio y del sistema radical de la planta micorrizada, reinfectación de raíces por el hongo y una gran actividad metabólica de las micorrizas.
  • En verano existe una formación de los primordios fúngicos y un engrosamiento de los mismos.
  • En otoño se disminuye la actividad metabólica del hongo, desaparición de micorrizas y las trufas adquieren el tamaño y forma definitivas.
  • En invierno se para la actividad metabólica, madura la trufa y se recolecta entre noviembre y marzo

La trufa puede asociarse con infinidad de especies leñosas en la naturaleza. Los más importantes para la producción de la trufa negra son:
  • Quercus ilex L. Encina, carrasca o chaparra.
  • Quercus pubescens Willd. Roble pubescente.
  • Quercus faginea Lamk. Quejigo.
  • Quercus coccifera L. Coscoja.
  • Quercus robur L. Roble común.
  • Quercus petraea Liebl. Roble albar.
  • Corylus avellana L. Avellano, avellanera.
No es corriente que la trufa se produzca por debajo de los 700 metros. La altitud corriente está comprendida de los 700 a 1400 metros sobre el nivel del mar.

La trufa precisa de una pluviometría de 500 a 900 mm, con humedad suficiente en primavera, para que se desarrolle el micelio a partir de la micorriza, y durante el verano para que engorde la trufa, siendo perjudicial el exceso de humedad en otoño e invierno. El clima ideal para las trufas es aquel cuya temperatura media del mes más cálido sea de 20º C y la temperatura media del mes más frío 2º C.

La truficultura tiene un futuro prometedor, la sociedad cada vez mas sensibilizada por la conservación de la biodiversidad y de los recursos naturales así como el uso racional de los mismos.
Como puntos importantes podemos destacar los siguientes:
  • Contribuye a la reforestación.
  • Diversifica la actividad agraria.
  • Evita la erosión y favorece la formación de suelo.
  • Es un cultivo ecológico, en armonia con el medio.
  • Producto natural autóctono
  • Complemento de renta en áreas deprimidadas o marginadas.
  • Favorece el turismo y desarrollo rural.
  • Es una alternativa al declive de la trufa natural.

El CULTIVO DE LA TRUFA: Armonia entre naturaleza y economia.


La naturaleza está de suerte. No se pueden cultivar trufas sin cultivar al mismo tiempo plantas. Quien desee cultivar trufas, primero habrá de cultivar encinas. No se deberá usar fungicidas, pues dañaria la trufa, ni deberá usar insecticidas, pues eliminará los insectos dispersadores de la trufa. El truficultor deberá ser aliado de la naturaleza que restaure el monte mediterraneo y reduca, gracias a este trabajo, los procesos erosivos. Por fin se produce el encuentro, la armonia entre la naturaleza y la economia.


BENEFICIOS DE LA TRUFICULTURA PARA LA BIODIVERSIDAD


Si tenemos en cuenta que se cultiva plantando 250 árboles por hectarea, el primer beneficio que podemos extraer de la truficultura es el paisajistico y naturalista.
Debido a que en la truficultura no es aconsejable abonar los árboles, por disminuir la producción, otra consecuencia ecológica y sanitaria que podemos obtener es que esas tierras se han covertido en tierras ecológicas, limpias de contaminantes y para muchos años. Tampoco son necesarios los fungicidas, plaguicidas y herbicidas debido a que la trufa al convivir con el arbol, le aporta defensas le defiende de enfermedades e impide o disminuye el crecimiento de las hierbas conpetidoras por el sustrato. Tampoco son recomendables los productos quimicos, por perjudicar a la microfauna, necesaria para el desarrollo y extension de la trufera. Las plantaciones actuan como cortafuegos, al resultar lugares con poca vegetación en el suelo y fácilmente transitables por las brigadas antiincendios.
También las vallas contienen factores positivos para la biodiversidad ya que ofrecen gran protección a las aves, cortando el paso a los zorros y otros animales similares. También anidan sin peligro de que el ganado pise sus huevos o polluelos. Nos encontramos ante una producción que requiere muy poco consumo de agua.

Fauna y actividad biológica del suelo trufero: La micofauna del suelo es fundamental, sin ella el desarrollo de la trufa sería imposible, especialmente porque el modo de nutrición de las trufas se hace gracias a las bolitas fecales de esta edafofauna. Todos los insectos del suelo participan en una cadena trofica (alimenticia) compleja que interviene no solo en la diseminación de las esporas sino también en la aireación del medio y de la biodisponibilidad de elementos minerales como el fósforo y el nitrógeno, indispensables para el desarrollo del hongo.
Lombrices de tierra, ciempiés y hormigas airean y descompactan el suelo, mejorando el drenaje; fragmentan y disminuyen los contenidos en materia orgánica y trasforman los excrementos de otros artrópodos de menor tamaño en alimento final para las trufas. La trufa necesita aireación, sustancias nutritivas y agua para vivir y sus exigencias son satisfechas en gran parte gracias a la actividad biológica del suelo. Por ello algunas practicas culturales como laboreos continuados disminuyen considerablemente la actividad de las lombrices, por lo que son desfavorables para la trufa. Algunos productos nematicidas, y fungicidas disminuyen la cantidad de las lombrices de tierra e insectos.


MICOTURISMO

En Francia se han realiazado experiencias muy exitosas al respecto. Una de las ofertas que ofrecen es la siguiente; senderismo por una finca trufera de encinas, búsqueda de trufa con perro y mosca, degustación de las mismas. El precio en el año 2000 era de 150€ aproximadamente con 4-6 h de duración de la actividad.
La búsqueda de trufas es una de las actividades mas atractivas que envuelven a este enigmático mundo. Se realizan mediante sistemas totalmente naturales que nos transportan a la mística de la aventura y alarde mas primitivo y genuino. De hecho nuestros ancestros eran consumidores de trufas. El buen buscador de trufas es el que sabe leer en la naturaleza los indicios de la presencia de trufas, el que conoce las plantas asociadas a cada especie de trufa, el que sabe distinguir quemados y es capaz de ver e identificar diminutos animales micófagos que detectan la existencia del preciado manjar.


Desde casa rural Basaula os invitamos visitar el Museo de la Trufa en Metauten.

fachada_museo.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario