martes, 31 de enero de 2012

Santa Agueda en Navarra























SANTA ÁGUEDA

Tradición que aun sigue viva en distintos pueblos de Navarra, en alguno uno de ellos todavia se entona una canción (coplilla) en las postulaciones (visitas a las casas pidiendo alimentos y dinero). Tambien se dan golpes al suelo con la makila (palo) despertando así a la tierra, avisando que ya llega la primavera.

(5 de febrero). Abogada especial de las nodrizas y madres lactantes y contra "el mal de pechos". Según la tradición, a la Mártir siracusana le cortaron los pechos antes de matarla, circunstancia resaltada por la iconografía y por coplas en euskera ("Agueda gure martiriari moztu zizketen bularrak") y en castellano ("y le cuertaron las tetas igual que se cuerta un pan").

La jornada fue desde antiguo una de las más populares del calendario invernal, con tres ritos: hogueras, toques de campanas y postulaciones.

Hogueras. Se encendían en muchísimos pueblos de la Navarra media oriental y otras zonas la noche del día 4. A veces quemaban en ellas pellejos y odres de cuero con los que los mozos corrían los caminos.

Toques de campana. Durante el siglo XVI fue tradicional en todo el reino que los mozos y las mujeres (mozas) pasaran la noche, o aparte de ella, tañendo las campanas en las torres de las iglesias. Muchos libros de cuentas parroquiales anotan pagos a los mozos por este concepto, repitiéndose los mandatos de visita sobre "tañer las campanas la noche de Santa Águeda". Las mujeres mantuvieron la costumbre hasta nuestro siglo en pueblos próximos al río Aragón y en la Cuenca de Pamplona. Se creía que el sonido de las campanas esta noche preservaba de incendios a los pueblos y de tormentas de verano a los campos.

Postulación de alimentos. Fue también práctica general, a cargo de mujeres casadas en parte de Tierra Estella (Los Arcos, Berrueza y otras), según se deduce de letrillas populares recitadas con tal motivo. Fueron sustituidas por niños, concretamente por monaguillos, en otras zonas de la Navarra Media, y por mozos y "quintos" en la Montaña y la Ribera.

Los niños (monaguillos) solían portar en algunos pueblos una imagen de la Santa o una cruz, al recorrer el pueblo cantando coplillas ingenuas, como la típica "Santágueda mágueda", recogiendo chorizo y huevos para la merienda. Cuando los mozos protagonizaban la cuestación, visitaban a las mozas en sus casas (en otras partes a las autoridades y vecinos), con música y cantos, recabando la "puska" (chorizo, huevos, tocino).


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